Un matrimonio se muda a Grindstone Road cuando ambos pasan el peor momento de su vida: su hijo está en coma profundo. En la nueva casa de campo esperan encontrar la tranquilidad para comenzar una nueva vida, pero la madre empieza a percibir la presencia de un niño en la casa. Es algo raro, porque lleva varios años vacía, pero los vecinos, una pareja de ancianos muy amables, intentan ayudar a la mujer mientras su marido piensa que sólo se trata de alucinaciones a causa del trauma que su esposa ha sufrido.
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