La madurita Tess Coleman está teniendo frecuentes problemas con su hija adolescente. Toda la situación hace crisis en un restaurante chino, donde las famosas galletas de la suerte se cruzan y ambas terminan cada una en el cuerpo de la otra. Ahora la madre y la hija que nunca se entendieron deben lidiar con angustias y presiones que nunca imaginaron.
La premisa de esta comedia juvenil no es nueva -de hecho, es un remake de un filme de 1975- y la hemos visto con padres, abuelos y tíos. Pero el guión no es nada de tonto, el ritmo es ágil y las actrices se mueven a sus anchas en sus papeles. Para reír en familia.
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